Se comenta con mucha
frecuencia la necesidad de personalizar los productos gráficos para darle un
valor añadido. Estoy totalmente de acuerdo, lo he defendido continuamente desde
hace mucho tiempo. En muchas conferencias o ponencias cito la entrevista que Cary
Sherburne, de Whattheythink.com realizaba en Marzo del 2011 a Jim Lucanish
General Manager de O'Neil Data Systems en la que ya comentaba como el imprimir al peso se
había acabado, que era necesario que cada producto, cada pliego que se
imprimiera tuviera valor en si mismo. O'Neil Data Systems se dedica a la
impresión digital en USA con un parque de maquinaria espectacular. En su caso
la personalización se refiere principalmente a la impresión de dato variable,
donde cada pliego es distinto por tener información personal de mis clientes y
por lo tanto relevante. Este es solo un aspecto, pero la personalización que
puede abarcar otros muchos campos, sin necesidad de llegar al dato variable,
pudiendo ser una personalización por nichos, por temporada, por zonas de
distribución, etc.
De todas maneras lo
que me parece más interesante remarcar es la idea de fondo de la
personalización que es lo que da sentido, hace sostenible y va a permitir dar
auténticamente valor añadido. La personalización no consiste en imprimir en
digital, ni en producir datos variables, la auténtica personalización es darse
cuenta de que hay personas detrás, de que estamos realizando un determinado
producto, ya sea impreso o no, relacionado con el mundo de la comunicación
gráfica o con cualquier otro sector, que esta hecho para que lo use, lo
disfrute una persona en concreto.
En este mudo
digital, donde nos movemos en un mar de datos que se empieza a explotar como se
hacía el petróleo hace unas décadas, puede haber una apariencia de
personalización que esconde una despersonalización cruda y fría. El software
existente me permite mandar un email “personalizado” donde aparezca el nombre
de la persona a la que se lo mando y luego hace un seguimiento de la campaña
para tratar de ofertar a cada cliente lo que quiere. La tecnología que todos
llevamos en el bolsillo nos posibilita estar “conectados” y tratar de forma
“personal” a cientos de “amigos”, pero en muchas ocasiones nos lleva a dejar de
tratar a las personas reales con las que convivimos diariamente.
Todas esas
herramientas pueden ser útiles, pero es importante darse cuenta que hay
personas detrás, no clientes, personas que quieren ser tratadas como personas,
que demandan que se les atienda, que se les entienda, que se les escuche que se
les preste atención. A este respecto me parece muy interesante el artículo
publicado por Aceprensa y titulado “Atrapados por la lucecita roja”
Puede parecer que es
imposible hacer eso con todos mis clientes en todas mis necesidades de
comunicación y puede que efectivamente lo sea, pero no es menos cierto que si
que lo puedo hacer en alguna circunstancia, con ocasión de algún evento, con un
grupo más reducido.
Estamos a las puertas de la Navidad que es la fiesta de la
personalización. Aunque quizá haya algunos que no lo sepan y otros muchos
que lo han olvidado, lo que celebra la
navidad y por lo que se decora todo y se hacen regalos, es porque Dios se hace
persona humana en un niño. Persona con todas las limitaciones de no poder
hablar con muchos al mismo tiempo, de no poder estar en varios sitios a la vez
ni poder contarlo todo de forma instantánea o tener una oferta infinita de
“productos” a ofertar. Pero al mismo tiempo con el encanto de poder mirar a los
ojos, de poder escuchar, atender, sonreír o llorar conmigo a solas.
Pienso que puede ser
muy importante para nosotros como personas en primer lugar, pero también a
nuestra empresa o nuestro equipo, el pararnos un poco estos días y pensar en
las personas con las que trato, tanto a nivel personal como profesional, e
incrementar ese trato personal, ese café, ese Christmas que se escribe dirigido
a una persona en concreto teniéndola en la cabeza, ese rato “perdido” con esa otra
persona. Todo eso nos hará más personas y por lo tanto más felices y al mismo
tiempo hará a nuestra empresa mucho más eficaz pues ofrecerá productos
auténticamente personalizados.
Este no creo que sea
un mensaje “religioso” limitado o aprovechable solo por gente con una
determinada creencia, sino que está enraizado en la naturaleza humana. Como ya
he comentado en anteriores entradas me parece muy interesante y útil todo el
concepto de Lean Manufacturing que está basado en la forma de producir de
Toyota, empresa Japonesa. En el betseller “The Toyota Way” el autor JeffreyLiker comentaba que el edificio Lean de Toyota se
cimentaba en dos grandes pilares: Mejora continua y Respeto por las personas.
Creo que se está
haciendo ya un poco largo esta entrada. Lo corto en atención a las personas que
hayan sido capaces de llegar hasta este punto :) deseando a todos una muy Feliz y
Santa Navidad donde puedan disfrutar y hacer disfrutar a las personas que
tienen a su alrededor.
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